-Por Paola Iridee
Kirschblüten-Hanami es el título original de este filme germano-japonés dirigido por Doris
Dorrïe y estrenado oficialmente en el 2008.
Desde el principio, esta película
ahuyentará a quienes deba y atrapará a su público predilecto. A decir verdad, Las Flores del Cerezo no cuenta con una
producción espectacular, ni tampoco con un guion (superficialmente) impactante;
al igual que la mayoría de las películas erróneamente clasificadas como “cine
de arte” (en realidad, el término correcto es “cine de autor), su fuerte se
haya en lo que se deja “al alma”, a la subjetividad de quien la observa, guiado
por supuesto por la propia visión del director (o el guionista, o ambos).
Hanami es una película tan hermosa como cruda, tan obvia como surreal y tan onírica como realista. Iniciando con el simple hecho de las contrastantes culturas en este filme fusionadas (la alemana y la japonesa), se puede intuir que el filme no será del todo convencional. Iniciando la historia en Alemania, con un matrimonio de edad avanzada, nos encontramos con un marido que, en todos los años de estar juntos, desconoce y ciertamente repugna un lado de su mujer que ella misma ama y por el cual siente pasión. Por una u otra cosa que aquí no relataré para poder recomendarles que mejor vean la película, que vale mucho la pena, las peripecias de la vida llevan al hombre a enfrentarse cara a cara con el mundo al que su mujer amaba y que siempre se negó a aceptar. Pero no sólo se enfrenta a eso, sino también a la soledad, al contraste de tecnología, lengua y cultura que implica... bueno, estar en un lugar que no es el suyo.
Realmente, Kirschblüten es una película preciosa, con música excelente y trasfondo profundo y enigmático, reflexivo, que no hay que perderse. Así que, si te gusta cualquiera de estas dos culturas, alemana o japonesa, te gusta el teatro, los sueños, lo surrealista, lo crudo, la vida misma, con todas sus vueltas, esta película es para ti. ¡No dudes y ve a rentarla al centro de video más cercano!
