miércoles, 23 de octubre de 2013

Productos No Tan Brutos (Economía)

Declaro la Independencia de mi Peor Enemigo que es...
Por Jorge Montes



¿Qué sentiría si yo le dijera que mañana deja de ser mexicano para convertirse en extranjero? Pues parece ser que estamos muy cerca de esta realidad. Mucho ha salido a relucir las estúpidas propuestas que los medios electrónicos han lanzado.

Pero dejemos de lado estas tonterías y pensemos en lo que de verdad nos debería de importar. Si estos cinco territorios quisieran separarse, ¿Qué sucedería con México? Perderíamos territorios valiosos del país. Por un lado nos despedimos de las ciudades de Guadalajara y Monterrey. Dos de las tres ciudades más importantes de todo el país. Representaría perdidas inmensas al país. Los Cabos, destino turístico predilecto de extranjeros también se perdería.

Si usted todavía no conoce la razón por la cual se lanzó esta iniciativa se las cuento. Los estados fronterizos contaban con un IVA del 5%, pero la actual reforma hacendaria menciona que el IVA en esos estados se iba a convertir en el 16%, el mismo que se paga en toda la república. Obviamente también se menciona que es por el manejo del gobierno federal.

Pero qué pasaría con las miles de personas que nacimos en alguno de estos estados. Solo puedo imaginar lo sucedido en 1945 con la división del territorio alemán. Unos son de aquí, de pronto son de allá  pero no son de ningún lado. Separaciones de familias, negocios, rupturas, cambios drásticos por todas partes. Como amaría ver eso. Sinceramente, quiero ver como sobrevive La República de Baja California con su única atracción turística  La República de Río Grande tratando de sobrevivir con la actividad en Monterrey; Nueva Galicia con su actividad económica en Guadalajara; La República de Chihuahua con su asombrosa seguridad y; La República de Sonora con su destino de primer mundo Guaymas o el desierto. Claro todavía falta que las propuestas salgan de las redes sociales, que de los 37.5 millones de usuarios se pueda propagar hacia los 74.8 millones restantes. Lo último que podría decirles sería que sigan el ejemplo de la extinta República de Yucatán.